El jueves pasado he empezado mis clases de corte y confección. Ya llevaba bastante tiempo con ganas de aprender patronaje y, por fin, me he decidido. Hace un par de años me compré una máquina de coser doméstica para hacer mis cosillas. Fue un poco a lo loco, porque no tenía ni idea de como enhebrar la aguja de la máquina ni de como llenar una canilla... nada de nada. Aprendí todo yo sola, consultando el propio manual y viendo muchos vídeos. Ahora ya puedo arreglar mi ropa o hacer pequeños complementos como cojines, neceseres... Pero me quedó el gusanillo de como hacer mis propias prendas, así que me he apuntado a unas clases.
Uffff, salí sudando. Cuando empecé a ver líneas verticales, horizontales, hacia la derecha, que si una curva.... ¿Cómo puede la gente hacerse una falda guiándose por tanta cantidad de líneas sin sentido? Bueno, eso es lo que yo pensaba, claro.
Para ser el primer día he aprendido bastantes cosas. Primero, un poco de historia, desde el supuesto primer sastre hasta que las grandes superficies se hicieron con el mercado textil. Luego a tomar medidas: altos, anchos y contornos. Y finalmente a hacer el patrón de una falda base.
El viernes, me decidí pasar a limpio todos mis apuntes y he conseguido entender algo mejor el significado de tanta línea. Eso sí, todavía me cuesta asimilar como acabarán plasmadas en una prenda.
El próximo día más. Ya os iré contando.
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